miércoles, 7 de junio de 2017

260 personas acaparan la riqueza de Guatemala

Oxfam
Ganar lo que uno de los millonarios guatemaltecos devenga en un mes, a un ciudadano promedio le tomaría 387 años. Así de grande es la desigualdad en el país.

Por Carmen Quintela Babio | Plaza Pública


Hay 260 personas en Guatemala cuya riqueza equivale a 23 veces la inversión pública en Salud, 21 veces la inversión en Educación y el 56 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país.

Para ganar lo que cada una de estas personas gana en un mes, un ciudadano con bajos ingresos debería trabajar 387 años. Esas 260 personas son parte del uno por ciento de la población con unos ingresos mensuales que equivalen a los salarios del 42 por ciento con menos recursos. Los datos, ejemplo de la desigualdad en la que permanece sumergido el país, los presentó la organización Oxfam, que destacó a Guatemala como uno de los lugares de América Latina con un acceso más precario a buenas condiciones de vida.

Rosa María Cañete, economista y coordinadora de campaña de Oxfam, puntualiza que las cifras pueden ser inexactas, por la falta de acceso a la información de los recursos de las grandes fortunas, pero asegura que son un buen indicador del que partir para analizar la concentración de los ingresos y de la riqueza. El problema con esta realidad, destaca Jonathan Menkos, director ejecutivo del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), es que la desigualdad se observa también en el aporte que este uno por ciento de la población hace a las finanzas de Guatemala. Las personas con mayor riqueza de Guatemala tienen una tasa efectiva de impuestos sobre la renta de únicamente 1.8%. En México, el país con mayor porcentaje de impuestos sobre las rentas más altas, la tasa sube a 11.7%, según datos de Oxfam.

La inversión que el Estado hace con estos fondos tampoco ayuda a aliviar la desigualdad. Menkos destaca que “por cada Q1 que se invierte en un hombre, Q0.87 se invierten en una mujer”. La diferencia se incrementa al hacer la comparación entre una persona no indígena y otra indígena: Q1 por cada Q0.37. Para los 7.1 millones de habitantes indígenas, el Estado de Guatemala destinó en 2015 Q12,458 millones. Para los no indígenas —9.2 millones—, la inversión fue de Q31,651 millones. Guatemala, sólo por delante de Honduras, es el país centroamericano donde la política fiscal tiene una menor incidencia en la reducción de la desigualdad, según datos de Icefi. Y la exoneración de impuestos a grandes sectores como el azucarero, el avícola o de maquilas, es otro de los factores que no ayuda a disminuir la brecha.

Las desigualdades en el mercado de trabajo también evidencian el problema. Las mujeres guatemaltecas son las que más horas dedican diariamente al trabajo no remunerado: 7 horas y 15 minutos. Apenas el 21.2% de las personas asalariadas está afiliada al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), y sólo 34.6% han firmado un contrato.

Reformas fiscales

En la presentación de su última campaña en América Latina, Paraíso Desigual, Oxfam anunció ayer la colaboración con actores clave para reducir la desigualdad en Guatemala. La primera, indicó Cañete, tendrá que ver con la elaboración de una iniciativa de reforma fiscal junto con Icefi. Aunque está todavía en una fase muy preliminar, Menkos destaca tres de los pilares sobre los que se sostendrá: fomento del empleo formal, protección social y administración pública efectiva en la rendición de cuentas. “La política fiscal debe contribuir a esto. Hoy, quien menos gana, paga más proporcionalmente, que quien mayores ingresos acumula”.

En un conversatorio que se realizó después de la presentación de la campaña, Juan Francisco Solórzano Foppa, Superintendente de Administración Tributaria, recalcó en varias ocasiones esta idea: “Todos somos iguales, pero todos somos diferentes. Todos debemos contribuir, y lo hacemos, pero cada uno tiene condiciones particulares, así que debe hacerlo de manera distinta: proporcional, equitativa, justa a la forma en la que cada uno de nosotros genera ingresos”.


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